Los zapatos de hebilla son la combinación perfecta de clasicismo y distensión. Unas virtudes que se ven reforzadas gracias a la calidad y los acabados característicos de Lottusse.
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Composición: Piel de becerro.
Curtición: Cromo.
Características: Piel anilina con acabados finales que le confieren un efecto decolorado. Es una piel exclusiva que otorga a los zapatos un inconfundible aire clásico.
Cuidado y limpieza de la piel:
Información adicional:
La exposición prolongada de este tipo de piel a la luz solar directa puede provocar algún grado de decoloración.
Composición: Piel de becerro.
Curtición: Cromo.
Características: Piel anilina con acabados finales que le confieren un efecto decolorado. Es una piel exclusiva que otorga a los zapatos un inconfundible aire clásico.
Cuidado y limpieza de la piel:
Información adicional:
La exposición prolongada de este tipo de piel a la luz solar directa puede provocar algún grado de decoloración.
Composición: Piel de becerro.
Curtición: Cromo.
Características: Piel anilina con acabados finales que le confieren un efecto decolorado. Es una piel exclusiva que otorga a los zapatos un inconfundible aire clásico.
Cuidado y limpieza de la piel:
Información adicional:
La exposición prolongada de este tipo de piel a la luz solar directa puede provocar algún grado de decoloración.
Composición: Piel de becerro.
Curtición: Cromo.
Características: Piel anilina con acabados finales que le confieren un efecto decolorado. Es una piel exclusiva que otorga a los zapatos un inconfundible aire clásico.
Cuidado y limpieza de la piel:
Información adicional:
La exposición prolongada de este tipo de piel a la luz solar directa puede provocar algún grado de decoloración.
Composición: Piel de vacuno.
Curtición: Mixta.
Características: Piel de extraordinaria calidad tintada mediante un procedimiento manual y artesano que hace de cada artículo una pieza única y exclusiva. Debido al proceso de tintado manual pueden detectarse variaciones de tono de color entre pares, lo cual es una característica distintiva de la calidad y exclusividad de cada pieza.
Cuidado y limpieza de la piel:
Información adicional:
Esta piel está pintada a mano por lo que con las primeras aplicaciones de crema es normal que se decolore ligeramente. Esto no supone ningún problema para la piel. La prolongada exposición directa a la luz solar puede provocar algún grado de decoloración.
Composición: Piel de vacuno.
Curtición: Mixta.
Características: Piel de extraordinaria calidad tintada mediante un procedimiento manual y artesano que hace de cada artículo una pieza única y exclusiva. Debido al proceso de tintado manual pueden detectarse variaciones de tono de color entre pares, lo cual es una característica distintiva de la calidad y exclusividad de cada pieza.
Cuidado y limpieza de la piel:
Información adicional:
Esta piel está pintada a mano por lo que con las primeras aplicaciones de crema es normal que se decolore ligeramente. Esto no supone ningún problema para la piel. La prolongada exposición directa a la luz solar puede provocar algún grado de decoloración.
Los zapatos de hebilla, también conocidos como monkstrap, poseen características que los diferencian claramente de otras tipologías de zapatos y que permiten que puedan identificarase prácticamente de inmediato. Son las siguientes:
-Sistema de cierre mediante una o dos hebillas
-Mayor ajuste el pie debido a su sistema de cierre
-Una apariencia siempre muy inclinada a la austeridad y sobriedad
Todas estas circunstancias hacen de los zapatos de hebilla una tipología de calzado elegante a la vez que cómoda. Aunque denostada al principio por los más puristas, a día de hoy se ha consolidado como una de las tipologías de calzado más incuestionables.
Los zapatos de hebilla presentan dos tipos básicos, que varían dependiendo del número de hebillas que presentan. Son los siguientes:
-Zapatos de una hebilla (también llamados single monkstrap).
-Zapatos de doble hebilla (denominados como double monkstrap).
Estas subdivisiones afectan a la formalidad del zapato, siendo el de una sola hebilla el más apropiado para contextos de mayor elegancia, dada su gran sobriedad y pureza de líneas. El zapato de doble hebilla, aunque también de una elegancia incuestionable, se considera algo más distendido. Muy probablemente su combinación de estilo y polivalencia está detrás de la gran popularidad alcanzada en los últimos tiempos.
Como ya ha quedado dicho, la formalidad de los monkstraps depende de si presenta una o dos hebillas. Los zapatos de una hebilla son perfectos para combinarlos en looks destinados a eventos de ocio elegante. De hecho, casan especialmente bien con trajes, y también pueden llevarse con chinos o tejanos, aunque para esta opción siempre es más apropiado que los zapatos estén realizados en piel ante.
Los zapatos de doble hebilla, dado que aportan un toque más distendido, se combinan muy bien con prendas más desenfadadas como un jersey de cuello vuelto o una cazadora. Un look perfecto para la oficina, por ejemplo.
Eso sí, conviene tener en cuenta que las hebillas de tus zapatos monkstrap han de combinar con la hebilla de tu cinturón e incluso con la caja de tu reloj de pulsera.
De manera similar a otras tipologías de zapato, la opción cromática para las situaciones y prendas más formales -como el traje- son los zapatos de hebilla lisos y negros. Si son de color marrón y lisos también constituyen una buena opción para situaciones de ocio elegante.
Como te decíamos más arriba, si prefieres llevarlos en contextos más relajados, siempre es una buena opción los zapatos de hebilla con piel ante, dada su mayor variedad cromática y tonal. Asimismo, existen zapatos de hebilla con múltiples elementos que, como flecos, trenzados y brogueados, son incuestionablemente decorativos. Para estos casos concretos, recuerda la máxima general según la cual, en el mundo del calzado, a mayor decoración mayor distensión.
El origen de esta tipología de calzado no puede estar asociado a un contexto de mayor sobriedad: los monasterios de Inglaterra. Este hecho, sin duda alguna, está detrás de la gran austeridad que presenta este calzado. Aunque, en su origen, no eran zapatos propiamente dichos sino más bien sandalias, cumplían una función eminentemente práctica, dado que los monjes no necesitaban de detalles ornamentales -más bien lo contrario- sino de una gran funcionalidad.
Los zapatos de hebilla alcanzaron la forma por la que los conocemos actualmente a inicios del siglo XIX. Desde entonces, se han ido extendiendo a todas las capas de la población, dejando su origen innegablemente masculino, como demuestra la consolidación de los zapatos de hebilla de mujer.